Quería
comentarte que estos días reflexionaba sobre una de las imágenes que
tanto te gusta a ti: la puerta.
Estoy con un
grupo que está abriendo una “puerta” en sus vidas sin calcular lo que les pueda
suceder, las complicaciones que pudieran venir...
Lo que más me
llama la atención y me apasiona de ellos es su capacidad de riesgo.
Ahí están,
valientes, decididos, empeñados, constantes…
Es verdad que
hay puertas que se cierran. Esto puede venir bien en algunos momentos. Pero, a
ti te encanta, sobre todo, ese misterio que representa una puerta que se abre.
La puerta que,
por un momento, oculta una Presencia, una Voz insistente, pero, una vez abierta,
un torrente de vida, de oportunidad, de belleza y sabiduría…. entra en la
propia casa y la transforma. La oscuridad se desvanece, la ignorancia se
reconoce, la enfermedad se cura…
Es el Amor lo
que transforma y cautiva, lo que mueve a la entrega.
Bueno, Faustino,
solo quería pedirte tu intercesión ante el Padre por cada uno de ellos.
Que se haga
realidad en sus vidas la promesa de Jesús: "Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y
saldrá, y hallará pastos" (Juan 10:9).
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