La fe CRECE
con la oración,
se dice en el
catecismo joven; la fe está INCOMPLETA, si no se hace efectiva en el amor al prójimo
(cf Youcat 21). ¿Qué hacer?
¿Se puede ser creyente sin orar?
Es lo mismo que
decir: ¿se puede vivir sin respirar?
Ahí va, pues, unas reflexiones para este sábado
sobre la oración.
Aunque sabemos de sobra
que…………..
NO HAY CAMINOS PARA LA ORACIÓN, LA ORACIÓN ES EL CAMINO.
"Acerca
de la oración no me olvidaré nunca de un caso que me pasó allá en Japón. Había
una muchacha joven recién convertida y yo veía que venía a mi parroquia; una
parroquia tan miserable que cuando llovía no tenía yo en casa suficientes
baldes para las goteras que caían. Pero, en fin, en aquella iglesia yo veía que
aquella muchacha se pasaba una hora, dos horas... Y un día ya me entró un poco
de curiosidad y haciendo una cosa que en Japón no se concibe ( que un hombre
le dirija la palabra a una mujer), le dije al salir, a bocajarro:
- Sí.
- ¿Y tanto tiempo?
- Sí.
- ¿Y qué haces? ¿Rezas el rosario?
- No.
- ¿Lees algún libro?
- No.
-
¿Qué
haces?
- Orar.
- ¿Orar? ¿Y cómo oras?
- Me voy al sagrario, me pongo delante de
Jesús: Él me mira y yo le miro".
"La oración es un camino. Orar es una gran aventura
y un gran misterio que todo cristiano debería vivir con intensidad. Orar es
acercarse a Dios para entablar un diálogo amoroso. Orar es amar, reír, llorar,
soñar, pero también es comprometerme, responsabilizarse, confiar, esperar...
Orar no
es pasar un rato tranquilo en que pienso en mis cosas, en mis problemas, en la
gente que quiero. Tampoco es una receta contra la "depre", ni una
"pastilla" que me permita dormir tranquilo. Orar no es pedirle a Dios
que me dé lo que me toca de la "herencia", por ser su hijo; no es
jugar con Dios a través del " si me apruebas los exámenes, te pongo dos
velas"; Orar no consiste en buscarme justificaciones a las cosas que hago
bien o mal; orar no es culpabilizarme de todo lo que pasa a mi alrededor.
Orar es querer encontrarse con Dios, es
vivir por los demás; orar es huir de los falsos sueños pero vivir por la utopía
del Reino de Dios; orar es desear buscar dentro para sacar fuera y compartir
con los demás; orar es investigar en lo profundo de mi personalidad; orar es
entregarse.
La oración es un don y una gracia que
nos concede Dios y que hay que pedir insistentemente. Por ello es tan
importante la disposición interna y externa. Debemos disponer toda nuestra
persona para este encuentro con Dios a través de la oración. Para ello es
necesario hacer como si todo dependiera de mi, pero al mismo tiempo sabiendo
que todo viene de Dios.
Os animo a que poco a poco os vayáis
sumergiendo en esta estupenda aventura que supone la oración. Y os aseguro que
no os arrepentiréis de haberla comenzado" (http://www.pjcweb.org/Tematica_espiritualidad_temas.htm).
He aquí la fórmula calasancia que aporta Faustino: "Si todo lo hicieseis por Dios, sólo por su amor, y en su presencia, y en nada faltareis en vuestras casas a la obediencia y a ninguno de otros deberes; creedme que estaréis en una oración continua, siempre hablando con Dios y Dios inclinándose siempre a vosotras; siempre mirándose en Dios y Dios mirándose y complaciéndose siempre en vosotras; viviréis como unas bienaventuradas y lo seréis desde ahora y por toda la eternidad". (Ep 30)


No hay comentarios:
Publicar un comentario