No sabéis la suerte que tuvimos el otro día.
De pronto, una serie de especialistas en oración,
empezaron a compartir su sabiduría…
y aquella sala ardía. Con sus palabras inflamaron
nuestros corazones en el amor de Dios. Objetivo cumplido: no solo saber qué es
orar, sino experimentar “un algo”, intuir una Presencia, dejar brotar el deseo
de Dios, sentir una suave alegría….
Gracias, amig@
Gracias, Padre, por ese regalo
La próxima reunión la tenemos el día 4 de mayo.
Intentamos cada uno, como si fuera la preparación de un gran banquete, traer
“algo” para compartir sobre la oración. No sólo en la línea del “saber”, que es
estupendo, sino también, nuestra propia experiencia de oración.
Me podrían ayudar a clarificar esta cuestión: ¿Cómo
sabes que oras?
Ojala pudiéramos
decir como Gandhi: “La oración es la que ha salvado mi vida”.
Hasta siempre.
Os dejo con algunas cosillas sobre oración.
En la próxima hablaremos de la oración en Faustino
Chao.
mgt
ORACIÓN
DE GANDHI
No soy un
hombre de letras o de ciencias.
Sólo
pretendo ser humildemente un hombre de oración.
La oración
es la que ha salvado mi vida.
Sin la
oración, hace ya mucho tiempo que habría perdido la cabeza.
Si no he
perdido la paz del alma, a pesar de todas las pruebas, es porque esta paz viene
de la oración.
Podemos
vivir unos días sin comer, pero no sin orar.
La oración
es la llave de la mañana y la cerradura de la noche.
La oración
es la sagrada alianza entre Dios y los hombres, para obtener ser liberados de
las garras del príncipe de las tinieblas.
Debemos
escoger: o aliarnos con las fuerzas del mal o bien, por el contrario, con las
fuerzas del bien.
He aquí mi
testimonio personal: que cada uno haga la experiencia y entonces encontrará que
la oración diaria añade en él algo que no tiene equivalente en nada ni en
ningún otro lugar.
UNA VITAL DIFERENCIA
Le preguntaron cierta vez a Uwais, el Sufí: «¿Qué es lo que la Gracia te ha dado?». Y les respondió:
«Cuando me despierto por las mañanas, me siento como un hombre que no está seguro de vivir hasta la noche».
Le volvieron a preguntar:
«Pero esto ¿no lo saben todos los hombres?». Y replicó Uwais: «Sí, lo saben, Pero no todos lo sienten».
Jamás se ha emborrachado nadie a base de comprender intelectualmente la palabra VINO.
Preguntó un guru a sus discípulos si sabrían decir cuándo acababa la noche y empezaba el día.
Uno de ellos dijo: “Cuando ves a un animal a distancia y puedes distinguir si es una vaca o un caballo.”
“No,” dijo el guru.
“Cuando miras un árbol a distancia y puedes distinguir si es un mango o un anacardo.”
“Tampoco,” dijo el guru.
“Está bien,” dijeron los discípulos, “dinos cuándo es.”
“Cuando miras a un hombre al rostro y reconoces en él a tu hermano; cuando miras a la cara a una mujer y reconoces en ella a tu hermana. Si no eres capaz de esto, entonces, sea la hora que sea, aún es de noche.”
(Tony de Mello)


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